¡Quinto lunes hacia la Autorrealización!
Coherencia entre sentir, pensar y hacer. Este es el principio fundamental de la Inteligencia Emocional, la cual
nos indica que debemos ser conscientes de lo que sentimos y decidir qué pensar para que nuestra acción sea la adecuada.
Imaginémonos en mitad de un atasco de tráfico,
esperando pacientemente una larga cola para coger la salida correspondiente. De
pronto, aparece alguien que, sin haber esperado su turno, se cuela produciendo
en nosotros dos efectos: uno real, tardar más tiempo, y otro emocional, mucha
rabia e impotencia. Si al final vamos a dejar pasar “al que se cuela”, lo mejor
es no sentir ira, sino comprender y entender que no tenemos todos los mismos valores
y que si nosotros hemos elegido el respeto, en lugar de la eficiencia, vendrán personas
que les importe más este último valor y se cuelen cada vez que puedan. En
definitiva, como no podemos cambiar el mundo según nuestros
deseos y menos aún, impedir estos sucesos, es importante que cambiemos nuestros
pensamientos para que los sentimientos sean acordes a nuestros actos.
Esto se
puede hacer porque si bien la ira está generalmente motivada por un suceso
externo, las raíces son internas, tales como creencias erróneas, deseos
imposibles, impaciencia, inseguridad, inmadurez emocional, baja autoestima,
baja tolerancia a la frustración, soberbia o egocentrismo. Para aplicar la coherencia,
deberíamos analizar: ¿por qué siento ira?; ¿qué valores míos están siendo
ignorados?; ¿qué debilidades mías están poniéndose a prueba con lo que ocurre?;
¿qué deseo que suceda de forma diferente?; ¿es posible conseguir eso que
deseo?; ¿qué tengo que hacer de manera diferente para que eso se produzca?; ¿estoy
dispuesto a hacer lo necesario para lograr mis deseos? Si no hacemos esta
reflexión es muy probable que consigamos lo opuesto a lo que deseamos, ya que
cuando actuamos con ira mostramos exigencia y generalmente obtenemos
como respuesta resistencia.
Debemos alinear lo que pensamos, sentimos y
hacemos para lograr nuestros objetivos, esto es, hacer algo diferente para
lograr un resultado diferente, o aceptar lo que está sucediendo sin desear
cambiarlo. En ambos casos, el sentimiento también debe estar alineado. Para ello
es importante comprender lo que nos mueve actos y nuestras expectativas y si no
la hay, o cambiamos el pensamiento o el comportamiento.
COMPONENTES DE LA
COHERENCIA
Para actuar con coherencia es necesario, en
mi opinión, combinar los siguientes componentes que nos facilitan el proceso:
-
Compromiso: De acuerdo a lo que hagamos, así será el resultado que
obtengamos, por lo que resulta muy importante alinear los deseos con los
sentimientos y los comportamientos orientados a lograrlos. Cualquier comportamiento
afecta al equilibrio del sistema, por ello es muy importante tener en cuenta:
qué hago, cómo lo hago y a quién afecto.
-
Honestidad: Para lograr coherencia es muy importante ser honestos con
nosotros mismos, contactando con las verdaderas emociones o motivaciones de
nuestros actos, las cuales no siempre nos dejan en un buen lugar; aunque no queramos
reconocerlo, son las que se traslucen en nuestros comportamientos y las que nos conducen a un
resultado inesperado o no deseado.
- Sinceridad: Una vez que hemos contactado con nuestras
verdaderas emociones o motivos, si decidimos no modificarlos y actuar de acuerdo
a ellos, debemos ser sinceros con el entorno y comunicarlos para que el efecto
de nuestro comportamiento sea comprensible por los demás y no produzca
disonancia.
-
Respeto: Todos somos diferentes, tenemos diferentes visiones de la
realidad, distintos valores y personalidades y en función de ello nos
comportamos. Si aceptamos la diversidad, comprenderemos el derecho que tienen
los demás para comportarse como lo hacen y la responsabilidad que tenemos
nosotros de hacer algo diferente si queremos obtener de ellos algo distinto.
-
Consciencia: La consciencia es contactar con lo que deseamos y darnos cuenta
de lo que pensamos, sentimos y hacemos en cada momento para lograrlo, sin
excusas y estando atentos a que nuestros impulsos nos atraerán a quedarnos en
la zona de confort no haciendo nada para que las cosas cambien.
Para lograr ser coherentes, es importante
que consideremos la coherencia como un valor que rija nuestro comportamiento. De
esta manera la emoción que nos moverá será la confianza que da tener un comportamiento íntegro, y
ello nos dará la fuerza de voluntad para comportarnos con la firmeza necesaria
para lograr los objetivos que nos propongamos. Así nos respetaremos a nosotros
mismos y a la vez, al proyectar integridad, logramos el respeto de los demás.
En resumen, lograr la coherencia es necesario no sólo para desarrollar
eficazmente el resto de las competencias emocionales, sino también para lograr
nuestra autorrealización.
Fuente: información
elaborada por AGAMA
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