"Cambia tus pensamientos y cambiarás tu mundo"
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La coherencia. Clave de las competencias emocionales

La coherencia me parece algo esencial, y de hecho muchas veces me genera mucha incomodida interior cuando no la veo alrededor. Reconozco que me cuesta entender cómo si se siente una cosa, y se piensa una cosa, se puede hacer otra. Sé que es un tema de confianza, porque no siempre es fácil hacer lo que uno piensa y siente, pero  creo que a la larga, siempre favorce o por el contrario, ser inchorente trae muchísimos problemas.

¡Quinto lunes hacia la Autorrealización!

Coherencia entre sentir, pensar y hacer. Este es el principio fundamental de la Inteligencia Emocional, la cual
nos indica que debemos ser conscientes de lo que sentimos y decidir qué pensar para que nuestra acción sea la adecuada.

La coherencia es básica ya que implica entender cómo funciona el ser humano con sus tres ejes: emocional, intelectual y conductual. El eje emocional es el primero a considerar ya que las emociones son el motor para actuar, las que nos proporcionan información de hacia dónde deberíamos movernos, es decir, para realizar una acción (hacer). Para que esta acción que realicemos sea eficaz, debe ser coherente  con lo que deseamos y con lo que sentimos. Para entender este planteamiento clasificaremos las emociones en negativas -el miedo, la ira, la envidia..- y positivas – la ilusión, la confianza, la alegría, etc.-. La ira, por ejemplo, es la emoción que surge de percibir la realidad como una amenaza a nuestros valores o creencias sobre cómo deben ser las cosas o deben comportarse las personas. Su función básica e instintiva está encaminada a responder agresivamente ante la amenaza, a liberar la energía que la ira provoca. Sin embargo, con esta manera de reaccionar no siempre se consigue lo que se desea, ya que, al victimizarse por la situación y responsabilizar al entorno del propio malestar, se refuerza el sentimiento negativo y se continúa haciendo lo mismo, pero esperando un resultado diferente. Y ya lo dijo Einstein, “encontrar una solución a un problema desde el mismo lugar que se creó es utopía”.

Imaginémonos en mitad de un atasco de tráfico, esperando pacientemente una larga cola para coger la salida correspondiente. De pronto, aparece alguien que, sin haber esperado su turno, se cuela produciendo en nosotros dos efectos: uno real, tardar más tiempo, y otro emocional, mucha rabia e impotencia. Si al final vamos a dejar pasar “al que se cuela”, lo mejor es no sentir ira, sino comprender y entender que no tenemos todos los mismos valores y que si nosotros hemos elegido el respeto, en lugar de la eficiencia, vendrán personas que les importe más este último valor y se cuelen cada vez que puedan. En definitiva,  como no podemos cambiar el mundo según nuestros deseos y menos aún, impedir estos sucesos, es importante que cambiemos nuestros pensamientos para que los sentimientos sean acordes a nuestros actos.
 
Esto se puede hacer porque si bien la ira está generalmente motivada por un suceso externo, las raíces son internas, tales como creencias erróneas, deseos imposibles, impaciencia, inseguridad, inmadurez emocional, baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, soberbia o egocentrismo. Para aplicar la coherencia, deberíamos analizar: ¿por qué siento ira?; ¿qué valores míos están siendo ignorados?; ¿qué debilidades mías están poniéndose a prueba con lo que ocurre?; ¿qué deseo que suceda de forma diferente?; ¿es posible conseguir eso que deseo?; ¿qué tengo que hacer de manera diferente para que eso se produzca?; ¿estoy dispuesto a hacer lo necesario para lograr mis deseos? Si no hacemos esta reflexión es muy probable que consigamos lo opuesto a lo que deseamos, ya que cuando actuamos con ira mostramos exigencia y generalmente obtenemos como respuesta resistencia.

Debemos alinear lo que pensamos, sentimos y hacemos para lograr nuestros objetivos, esto es, hacer algo diferente para lograr un resultado diferente, o aceptar lo que está sucediendo sin desear cambiarlo. En ambos casos, el sentimiento también debe estar alineado. Para ello es importante comprender lo que nos mueve actos y nuestras expectativas y si no la hay, o cambiamos el pensamiento o el comportamiento.

COMPONENTES DE LA COHERENCIA

Para actuar con coherencia es necesario, en mi opinión, combinar los siguientes componentes que nos facilitan el proceso:

-       Compromiso: De acuerdo a lo que hagamos, así será el resultado que obtengamos, por lo que resulta muy importante alinear los deseos con los sentimientos y los comportamientos orientados a lograrlos. Cualquier comportamiento afecta al equilibrio del sistema, por ello es muy importante tener en cuenta: qué hago, cómo lo hago y a quién afecto.
 
-       Honestidad: Para lograr coherencia es muy importante ser honestos con nosotros mismos, contactando con las verdaderas emociones o motivaciones de nuestros actos, las cuales no siempre nos dejan en un buen lugar; aunque no queramos reconocerlo, son las que se traslucen en nuestros  comportamientos y las que nos conducen a un resultado inesperado o no deseado. 

-       Sinceridad: Una vez que hemos contactado con nuestras verdaderas emociones o motivos, si decidimos no modificarlos y actuar de acuerdo a ellos, debemos ser sinceros con el entorno y comunicarlos para que el efecto de nuestro comportamiento sea comprensible por los demás y no produzca disonancia.  

-       Respeto: Todos somos diferentes, tenemos diferentes visiones de la realidad, distintos valores y personalidades y en función de ello nos comportamos. Si aceptamos la diversidad, comprenderemos el derecho que tienen los demás para comportarse como lo hacen y la responsabilidad que tenemos nosotros de hacer algo diferente si queremos obtener de ellos algo distinto.

-       Consciencia: La consciencia es contactar con lo que deseamos y darnos cuenta de lo que pensamos, sentimos y hacemos en cada momento para lograrlo, sin excusas y estando atentos a que nuestros impulsos nos atraerán a quedarnos en la zona de confort no haciendo nada para que las cosas cambien.

 CÓMO LOGRAR COHERENCIA

Para lograr ser coherentes, es importante que consideremos la coherencia como un valor que rija nuestro comportamiento. De esta manera la emoción que nos moverá será la confianza  que da tener un comportamiento íntegro, y ello nos dará la fuerza de voluntad para comportarnos con la firmeza necesaria para lograr los objetivos que nos propongamos. Así nos respetaremos a nosotros mismos y a la vez, al proyectar integridad, logramos el respeto de los demás. En resumen, lograr la coherencia es necesario no sólo para desarrollar eficazmente el resto de las competencias emocionales, sino también para lograr nuestra autorrealización.
 





Fuente: información elaborada por AGAMA


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