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Diario de Nepal ¡Ya casi vivo aquí!

Miércoles 25 de Marzo

Acabo de llegar al hotel, 22.00, en este momento me siento como que vivo aquí! Los días son tan intensos que parece que llevo un montón de tiempo!

Después de una noche de ruido brutal, sirenas, pitidos, motores, etc a las 6.15 me he despertado, 15 minutos antes de lo previsto!!! Algo que jamás me pasa! Mañana debería pensar en comprar unos taponcitos (pensé que no los necesitaría nunca :- )
He desayunado en la terracita del nuevo hotel que es encantadora (en realidad todo el hotel es ideal, la atención es buenísima, es todo de colores, la habitación luminosa, con vistas a la ciudad desde un cuarto, pero el ruido y la conexión a internet son lo que son), y me he puesto en marcha, camino Madre Teresa.



Son tan delicadas que ha salido a atenderme una monja que vivió en Argentina y habla español. Después de unos minutos de presentaciones, hemos ido al centro donde hemos pasado un par de horas.


Es una residencia de ancianos del gobierno donde Madre Teresa ayuda. Verlo para creerlo. Salas con camas a unos 20 cm unas de otras, que consisten en la estructura metálica de cuatro patas, y un colchón que parece una tabla de madrera, encima una colchita que ocupa la mitad de la cama (a veces entre medias un plástico para hacer de protector) y de almohada, unas mantas dobladas. Todo con suciedad incrustada.

Hemos empezado haciendo las camas, que se trataba de sacudir y doblar la pequeña sábana y las mantas que hacen de almohadas. Después hemos barrido y fregado el suelo con agua reciclada ya que llevaban un par de días sin agua. La siguiente tarea, lavar la ropa a mano. Es bastante duro. Haciendo cadena entre todos los voluntarios (unos 6 o 7 de Alemania y Suiza y yo). Primero se moja la ropa y se estira en el suelo, se pasa un cepillo por encima. Se mete en un primer cubo enorme (que previamente hemos llenado con jarritas de agua, desde un contendor) donde se moja y pisa con botas de agua, después se pasa a otro cubo donde se escurre varias veces, luego a un tercero y luego a un cuarto donde se repite la misma operación. Me he puesto unas botas de agua y he empezado pisando la ropa en el primer cubo para sacar la porquería de la ropa, y luego pasaba la ropa a los siguiente cubos donde los demás continuaban. Es como pisar uva, pero la ropa en un cubo. Y así hasta el último cubo donde unos y otros limpiábamos y escurríamos hasta finalmente tender.

Colaborar aquí es de estas cosas que ayudan a relativizar. El tópico de “no sabemos lo que tenemos”. Bueno, creo que realmente no tenemos ni idea. Hoy por suerte, a parte de las 3 monjas de Madre Teresa, estábamos los voluntarios. Pero puede ser que muchos días del año no haya ninguno. Es decir, sobreviven en la residencia con el trabajo de dos chicas contratadas y las 3 mojas todo el año. Y luego, con la voluntad de quien quiera.

He echado de menos no haber interactuado con los viejecitos, que la verdad que impone porque están en muy malas condiciones. Pero era el primer día y me he adaptado  a lo que hacían. Espero que el próximo día, que será el viernes (mañana jueves las mojas lo dedican a rezar y es su día libre, el resto de semana trabajan) pueda interactuar algo con ellos.

En fin, duro duro en todos los sentidos. Muy intenso pero, sin duda, enriquecedor.

Después he ido a visitar otro proyecto social de una amiga de amiga, donde hacen también una gran labor. Han traído a 12 niños de las montañas, donde la vida es durísima, por supuesto sin educación, y les están cuidando en un hostal creado para ellos y llevándoles al colegio.

Me contaba Nyima, una chica de 22 años, que es una de las tres personas que llevan el proyecto, que los niños están tan contentos de tener una oportunidad en la vida, que no paran de estudiar y tienen que decirles todo el rato que paren. Esto lo han creado entre un señor, su hija Niyima y Arancha, una española enamorada de Nepal e India y sobre todo, llena de generosidad. Tres personas sacando adelante a 12 niños. ¿No es una pasada?


Volviendo a detalles del día a día, me he hecho una tarjeta de móvil! Parece una bobada, pero no lo es! Ya puedo localizar información de forma inmediata. Y qué divertido que ha sido conseguirlo! Te piden el pasaporte y una foto, así que me he ido a un sitio a hacerme la foto de carnet. Bueno, pues era como en las pelis de antaño, donde hacían las fotos a las modelos con una especie de paraguas por todas partes, una cámara del siglo pasado en la que suena el  disparo y yo con una sábana blanca enorme detrás. Parecía una famosa de los años 30!

Otra cosa muy divertida es cruzar las calles principales. Yo sola soy incapaz, así que me junto siempre a alguien local y voy pegada. Si no, imposible! Disimulo como si me hubiera acercado así porque sí, pero voy como una lapilla hasta que llego al otro lado. Me dan ganas de darles las gracias al llegar : -)

Mañana he quedado a las 9am para conocer otro proyecto. Cuidan a niños de padres que están en la cárcel. Espero poder encajarlo con Madre Teresa. He quedado en un hospital (no sé muy bien por qué, pero es lo que me han indicado y no la entendía del todo).

En fin, queriendo conocer la realidad. Una realidad que va mucho más allá de la nuestra.

Me he echado una siestecita y después me he ido de paseo. Estoy contentísima con un pequeño bolso cuadrado que  me he comprado, que parece de decathlon, con apartados y como de deporte. Traía uno con el que no he acertado, de tela y muy grande, y no encontraba nada cada vez que lo abría! Parece una tontería, pero en sitios así la logística es bastante incómoda en general, el ir y venir, el ruido, la contaminación, el calor, etc así que las pequeñas cosas suman :- )

Después quería ir a un restaurante a cenar. El taxista no sabía inglés, pero decía alguna palabra suelta. Me ha dado una vuelta por todo Kathmandú durante más de media hora, preguntando y preguntando y no lo hemos conseguido! Pero es que no hay nombre en las calles ni números! Es una locura buscar cualquier cosa. Así que he cambiado de restaurante (la flexibilidad es clave, si no, mejor no venir a frustrarse cada minuto :- )). Total, que he cenado en Thamel House, un menú nepalí muy rico y con una pequeña actuación de baile regional.

Ahora estoy en la terraza del ático del hotel (por cierto, no hay casi ruido en este momento porque duermen de 10pm a 5am!), tomando una cervecita fresquita que me he traído, con un montón de extranjeros disfrutando por aquí cerca.

Hay momentos que me siento un poco perdida porque al no traer nada planificado, los 2-3 primeros días son de organización. Pero es muy satisfactorio ver como en unas horas vas buscando y resolviendo lo que deseas.

¡Qué placerazo!  :-)

4 comentarios:

  1. Que bonito lo que cuentas... Que duro tambien...
    Me he reido imaginandote cruzando las calles...
    Gracias por acercarnos a otras realidades que como tu dices nos "recolocan"
    Lo que mas me ha llegado: esos niños que no paran de estudiar porque valoran esa oportunidad que aqui nos parece " lo normal"
    Mucho besos madrileños!!
    Bea.

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  2. Qué bien se te lee y se te siente, nos estas trasmitiendo a todos la dura realidad que viven los que no tienen y lo afortunados que somos aquí. Eres única. Te seguiremos leyendo a diario.

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  3. Me alegra muchisimo que os guste! Cuento lo que veo y lo que siento, porque no dejo de aprender y eso no puede morir en mi.

    Viajar para conocer otras culturas, viajar sola con una maleta, viajar para echar una mano, ... es un privilegio!

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  4. Mil gracias por todos los comentarios: estos, los anteriores y los de facebook. Me motivan mucho para seguir compartiendo!!!

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