Hoy vengo a hablarte de la respuesta empática. El
artículo de hoy me gustaría que llegara al mayor número de personas posible
porque creo que aborda un aspecto fundamental desde el punto de vista de
cualquier relación interpersonal. Se trata, concretamente, de cómo respondemos
a las personas que nos hablan, qué tipo de respuestas
les damos habitualmente. De hecho, me paro a pensar por un momento y creo que este artículo no lo escribo para ti, sino para mí. De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de la importancia que tiene responder a las personas de manera empática. Una manera de contestar que no hace más que acercarte al otro, que no hace más que establecer lazos de unión con las personas que quieres y que te importan. Te aseguro que llevar a la práctica la respuesta empática es más fácil de lo que crees. Si no, sigue leyendo y te lo enseñaré.
les damos habitualmente. De hecho, me paro a pensar por un momento y creo que este artículo no lo escribo para ti, sino para mí. De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de la importancia que tiene responder a las personas de manera empática. Una manera de contestar que no hace más que acercarte al otro, que no hace más que establecer lazos de unión con las personas que quieres y que te importan. Te aseguro que llevar a la práctica la respuesta empática es más fácil de lo que crees. Si no, sigue leyendo y te lo enseñaré.
¿Qué es la respuesta empática?
Debo confesar que desconozco si existe este término respuesta empática
como tal. Lo cierto es que se me ocurrió mientras leía el extraordinario libro
de Stephen R. Covey titulado Los 7
hábitos de la gente altamente efectiva. En este libro Covey abordaba la
expresión escucha empática. En su momento hice un artículo al respecto
de este término bajo el título 5 Maneras de
escuchar a tus alumnos. ¿Qué es la escucha empática? Debo reconocer que el
término escucha empática no es un término fácil de definir, pero vendría
a ser la escucha no de las palabras, sino del corazón.
Confieso que el término acuñado por Covey me fascinó desde el principio y
es por ello que pensé que tal vez se podría desarrollar un poco más la idea de
lo que se entiende por escucha empática. De ahí que se me ocurriera la
expresión respuesta empática.
¿Qué entiendo por respuesta empática? Escucha empática y respuesta
empática.
Para mí la respuesta empática tiene una parte mucho más activa que
la escucha empática. La respuesta empática está pensada para
responder con las palabras más que con el corazón. Es más, la respuesta
empática tal y como lo veo es la escucha que genera un diálogo con la
persona que tienes al lado y que tiene algo importante que decirte.
Muchas veces se comete el error de creer que una afirmación debe
responderse con otra afirmación. Pues bien, la respuesta empática tal y
como la planteo está enfocada más hacia las preguntas abiertas que no las
sentencias cerradas. Este aspecto me parece fundamental porque implica un
cambio muy significativo en la manera que tiene la gente de relacionarse.
Si he dicho anteriormente que la respuesta empática es eminentemente
activa, es porque lo que pretende no es ser simpático con el otro, sino ser
empático. Si quieres saber qué diferencia existe entre simpatía y empatía
puedes hacerlo en el siguiente enlace. Esta diferencia me
parece fundamental porque cuando quieres ser simpático simplemente das la razón
al otro y acabas la comunicación. En cambio, si eres empático tu finalidad no
es dar la razón al otro, tampoco consolarlo. Lo que hace la persona empática es
abrir un diálogo y crear opciones. Si la escucha empática se basa más en
los sentimientos, la respuesta empática se centra en generar opciones a
través de preguntas abiertas. ¿Quieres aprender a elaborar preguntas abiertas?
Puedes aprender a elaborar preguntas abiertas en el siguiente enlace.
Para que lo entiendas mejor he elaborado esta distinción entre:
· Sentencia (columna azul): Consiste en el enunciado
que te hace una persona a ti. Este tipo de sentencia puede ser una
preocupación, un problema, algo que le ha pasado, un acontecimiento importante…
·
Falsa respuesta (columna roja): La falsa respuesta es la
que debes evitar si quieres ser una persona empática. Si te fijas en la columna
roja, podrás comprobar los siguientes rasgos:
o
En todo momento hablas de ti y de lo que te pasa.
o
Usas la primera persona (YO).
o
No generas diálogo y, por tanto, no generas opciones.
o
No preguntas, sino que respondes con tus propias sentencias. De hecho,
podrías haber dicho lo que has dicho sin que la otra persona te hubiera
hablado.
o
No demuestras ningún interés por lo que te dice la otra persona.
o
Quieres ser simpático, pero siendo simpático no te estás interesando en
absoluto por la otra persona o, al menos, no lo demuestras.
·
Respuesta empática (columna verde): La respuesta empática es
la respuesta que genera opciones porque:
o
Se basa en la generación de preguntas abiertas.
o
Crea opciones.
o
No busca la simpatía.
o
No se centra en el problema, sino en posibles soluciones. Además, estas
soluciones son compartidas.
o
Demuestra interés hacia lo que le interesa a la otra persona (ejemplo de
libros históricos).
o
No ofrece consuelo. Ofrece opciones y en algunos casos ayuda de forma
activa (tareas domésticas).
Como puedes observar en este recuadro, las falsas respuestas son
algo habitual en muchos entornos. Basta que hagas la prueba en casa o en tu
trabajo y te darás cuenta de que desgraciadamente es un tipo de respuesta
abunda y mucho.
La respuesta empática. A modo de conclusión.
No quiero acabar este artículo que no sea confesando que me hacía
mucha ilusión desarrollar esta idea en Justifica tu respuesta. Si has leído el artículo, te habrás dado
cuenta de que ser una persona empática no requiere de ningún tipo de esfuerzo.
Lo que requiere la empatía es tiempo, interés y dedicación hacia el otro. Creo
que una de la cualidades que mejor nos define es la capacidad que tenemos de
escuchar a los demás. Porque escuchando nos hacemos partícipes de las
inquietudes, preocupaciones y anhelos de los demás. Así que espero que esta
entrada te haya hecho reflexionar sobre cómo puedes empatizar con las personas
y desde ahora mismo practiques con los tuyos, con los que tienes cada día a tu
lado y que forman parte esencial de tu vida. Y cuando la practiques, no olvides
regalarle a cada una de esas personas a quien quieres la mejor de tus sonrisas.
Aprovecho para recomendarte el libro de Stephen R. Covey porque en
él descubrirás de manera efectiva de qué manera puedes ayudar a los demás
ayudándote a ti mismo. Aquí te dejo el enlace (afiliado) por si estás
interesado en el libro.
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