"Cambia tus pensamientos y cambiarás tu mundo"
EMPIEZA TU DÍA CON UNA SONRISA! :-)



La autorrealización. El destino perfecto!

Último lunes del camino hacia la Autorrealización. ¡¡¡ Hemos llegado !!!

Serenidad ante los problemas, humildad, cambio ... nos llevan a la madurez, competencia dificil y crucial para la Autorrealizacíon. Nos sugería la persona que impatió estas sesiones, buenísima por cierto, que dijerámos ante el espejo cada mañana:  ¡¡¡SOY VULNERABLE E INCOMPLETA!! Oye, pues ayuda!!

Con la madurez, tras la autoestima, empatía, proactividad, automotivación y coherencia, llegamos a AUTORREALIZACIÓN, lugar perfecto donde estar. ¡EXITE!


La madurez es

la última de las competencias emocionales del modelo de Las Claves del Poder Personal. La competencia madurez procura satisfacer la necesidad de objetividad del modelo de la Estrella de la Autorrealización.

La madurez radica en aceptar los límites de nuestra condición humana y, por tanto, nuestra incapacidad para que el entorno funcione como nos gustaría, entendiendo la influencia negativa que este deseo no cumplido tiene en nuestras emociones y comportamientos. La madurez es comprender que somos seres vulnerables e incompletos; ello implica que somos nosotros los que debemos asumir el protagonismo de pedir lo que necesitamos, buscar lo que nos llena y empezar por nosotros mismos el cambio si queremos lograr un cambio en el entorno.

LOS EJES DE LA MADUREZ: HUMILDAD, VALOR Y SERENIDAD

Humildad

La humildad es aceptar que no vemos la realidad como es, sino como somos, ya que nuestro filtro subjetivo percibe selectivamente y, en muchos casos, nuestras emociones nos distorsionan. Como dice una conocida frase: “La proyección es la base de la percepción. El mundo que ves es lo que tú has puesto en él y nada más. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen exterior de un estado interior. Tal como un hombre piensa, así percibe. Por tanto, no intentes cambiar al mundo, opta por cambiar tu manera de pensar en el mundo.”

Por más que nos empeñemos, el mundo y las personas no serán como nosotros queramos,  simplemente serán como son. Por ello, la humildad nos permitirá acercarnos con respeto a ellas y mantener relaciones más constructivas. Si en lugar de aproximarnos desde el juicio, pensando que tenemos la razón, que los demás lo hacen mal o están equivocados, lo hacemos desde la aceptación de la diferencia, la comprensión de la diversidad de motivos y nos comportamos de maneras adecuadas para generar un campo energético favorable, es muy posible que influyamos positivamente en lo que deseamos conseguir. Como dijo Confucio: “Si ves a un hombre bueno, imítale; si ves a uno malo, examínate”.

Valor

Debemos tener en cuenta que no somos elementos aislados, formamos parte de una red de   sistemas y cualquier acción que realicemos repercute en todo el sistema. Por ello, si queremos  que algo cambie, debemos primero cambiar nosotros, si deseamos obtener un resultado diferente en cualquier sistema al que pertenecemos, tendremos que hacer algo distinto para lograrlo. Tenemos que ser proactivos para conseguir lo que deseamos. La realidad cambia solo desde la acción, si no hacemos nada, nada cambia. Si no nos gusta cómo se comportan los  demás, solo por ello, los demás no tienen por qué cambiar; es necesario que cambiemos la  forma de respuesta diferente. Si nuestro comportamiento es positivo, la probabilidad de producir un efecto positivo en el sistema aumenta. Es conveniente hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que puedo hacer? Debemos recordar que nuestra capacidad de influencia es diferente en función de dónde está lo que nos afecta. Si está en nuestra zona de influencia (nuestro entorno más inmediato: familia, amigos, compañeros de trabajo), lo que hagamos tendrá un resultado que podremos observar más de inmediato. Si lo que nos afecta está en nuestra zona de preocupación (entorno más lejano: empresa, ciudad, país), lo que hagamos es probable que no produzca el resultado que esperamos, por lo menos en el corto plazo.

Por ello, debemos empezar a actuar en nuestra zona de influencia, con comportamientos positivos; con respecto a nuestra zona de preocupación, lo que podemos hacer es aceptar la realidad como es, seguir actuando positivamente y esperar con paciencia los resultados. Para ello nos ayuda emplear la serenidad, que constituye el eje comportamental de la competencia madurez.

Serenidad

La calma y la serenidad son las llaves maestras que nos permiten ver, valorar y elegir qué, cómo y cuándo debemos actuar para obtener mayores probabilidades de éxito. La serenidad nos ayuda a responder a la pregunta de Kant: ¿Qué es lo que puedo esperar?, ya que, como  hemos comentado anteriormente, depende de si la actuación está en la zona de influencia o de preocupación, el impacto en los resultados de nuestra actuación es diferente. En nuestra zona de influencia, la serenidad nos ayuda a decidir la oportunidad de nuestra acción. Y en la zona  de preocupación, la serenidad nos ayuda a ocuparnos conscientemente del proceso, de lo que podemos hacer y a esperar pacientemente los resultados, aceptando que no podemos controlarlo todo y que, aunque hayamos hecho bien el proceso, ello no implica obtener el resultado deseado.

La serenidad es buscar por todos los medios que lo exterior no afecte a nuestro mundo interior. La serenidad consiste en aplicar consciencia a nuestros pensamientos, calma a nuestros sentimientos y compromiso a nuestras acciones.

CONCLUSIÓN

La autorrealización debería ser el objetivo central de nuestra vida, al que debemos someter el resto de las necesidades y ocuparnos de desarrollar las competencias emocionales que nos ayuden a lograrla. La madurez nos enseña que la humildad nos libera, el valor nos conecta con nuestro poder personal y la serenidad nos permite seguir avanzando ante la adversidad.

Es nuestra responsabilidad conectar con las claves de nuestro poder personal y decidir iniciar el viaje, donde la autoestima es el inicio del camino, la automotivación el camino más corto y la autorrealización el destino perfecto, porque es donde se encuentra la felicidad, estado en el cual se convierte el miedo en amor.

Fuente: información elaborada por AGAMA

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